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Primer Capítulo de The Dead List.

Capitulo 1. PARTE 1/2
Las estrellas cubrían el cielo como pequeñas antorchas emitiendo puntos de luz en el campo oscuro, que se esparcían hasta el borde un patio obsesivamente cuidado. Froté la etiqueta de la botella que sostenía y levanté mi barbilla, cerrando mis ojos mientras la cálida brisa de final del verano se apoderaba de mi cara. La hierba seca y dura rasguñaba mis piernas desnudas y probablemente estaba sentada sobre o cerca de una colina de hormigas de fuego que estaban a punto de comerme vida, pero ni siquiera me importaba.
En menos de cuarenta y ocho horas, estaría empezando mi último año y para este momento el próximo año , en lugar de estar mirando estrellas, estaría contemplando las centelleantes luces de la ciudad fuera de la Universidad de Maryland.
-Ella, ¿qué demonios estás haciendo?
Me sacudí al sonido de la voz de Lindsey Roach y giré hacia ella. Ella estaba de pie detrás de mi, sosteniendo dos botellas de cerveza en sus manos.
-¿Doble trago esta noche? -Pregunté, levantando mis cejas - Extremo, Linds.
Ella rió, dejándose caer a mi lado, doblando sus largas y oscuras piernas debajo de ella. Entregándome una de las botellas, arrugó la nariz. - Ehh, no. No voy a ser una de esas chicas que se emborrachan en las fiestas de Brock, se quitan la ropa y salta en su piscina, entre otras cosas.
Abrí la boca.
Linds levantó una mano, silenciandome. - Tú sabes lo que pasará. Sucede cada año. Una de esas tontas y risueñas chicas de allá atrás va a desnudarse y mostrarle al mundo, Dios y al bebé Jesús todas sus cosas dulces.
Mis labios temblaron. Linds y yo hemos sido mejores amigas desde primer año, cuando habiamos sido emparejadas para trabajar en un proyecto para la Feria de Ciencias Sociales. Ella siempre ha sido un infierno más obstinada y elocuente que yo. Ella realmente no podría ser llamada bonita. No con su cabello rizado y negro que lucía perfecto si estaba atado hacia atrás o  si caía como cascada en su espalda. Bonita no era una palabra que yo usaría para su casi perfecta piel color cacao, o sus labios hechos para anuncios de maquillaje, y sus ojos endrino sesgados.
Nop. Linds era la clase de belleza que te hace querer patearla en sus partes femeninas cuando usaba un vestido de baño de dos piezas. Era maravillosa.
-¿Recuerdas el año pasado? - Linds tomó un trago y descansó la botella en el dobladillo de sus shorts de mezclilla. - ¿Vee  Bartol quitándose la ropa y bailando sobre el trampolín? ¿Bailando sobre su trasero en él?
Hice una mueca, recordando fácilmente ese incidente. No porque Vee se subió e hizo eso, sino por las repercusiones que se habían producido después.  Pero pasaba cada año desde segundo año. Las fiestas que hacíaBrock Cochran  el fin de semana antes del inicio escolar se habían convertido en una religión para el cuerpo estudiantil. Eran muy conocidas. Sus padres siempre estaban ausentes los sábados por la noche, y su hermano mayor proporcionaba el alcohol en diferentes formas. Y alguien siempre hacía algo de lo que se arrepentía todo el año escolar.
Mi sonrisa se desvaneció como los últimos días de verano mientras estiraba mis piernas. Miré a Linds y bajo la luz de la luna, pude ver que ya no estaba sonriendo.
Ella se mordió el labio inferior. - Escuché que la policía sigue creyendo que se fugó.
Meneando mis pies,  puse mi mirado hacia el cielo nuevamente. Todo el mundo quería creer que Vee había huido. Incluida yo. Las otras opciones horrorosas y escalofriantes, pero cuando desapareció hace dos semanas, su familia había aparecido en los canales locales de televisión,  pidiendo su regreso entre lágrimas. Era bien conocido, al igual que todas las cosas lo eran en pueblos pequeños, que ninguno de sus objetos personales habían desaparecido.
¿Quién huye sin dinero, identificación o ropas extra?
¿O incluso su celular?
Linds empinó su cerveza hacia atrás, y yo forcé mis pensamientos lejos de Vee. Nunca fui cercana a ella, pero su situación, lo que sea que  haya sido, era aún difícil de comprender.
El silencio entre nosotras estaba lleno de sonidos cortos de un ejercito de grillos probablemente a punto de descender sobre nosotras. Odiaba a los insectos. Toda clase de insectos. A excepción de las mariquitas. Ellos eran Kosher* en mi libro. Probablemente había un chinche en mi cabello. Había escuchado uno hace unos momentos y nada me hacía salir corriendo más rápido que uno de esos monstruos arcaicos, y estaban en todas partes, habían invadido Virginia Occidental como si fuéramos su propia versión del día D* y habían hecho de nuestro pueblo sus esclavos de insectos. Los insectos era inútiles.  No importaba la polinización. Podían polinizar mi trasero y...
-¿Puedes creerlo? - dijo Lins, interrumpiendo mi obsesión con los insectos antes de que saltara de la hierba y corriera gritando al refugio más cercano. - Vamos a empezar nuestro último año. Por fin, maldita sea.
Mi sonrisa regresó y un ridículo aleteo comenzó en el fondo de mi estómago. El último año era una gran cosa. Además del hecho de que podía pasearme entre clases, estaba lista para salir de este pueblo.  La Universidad de Maryland no era lo más lejos que podía ir, pero funcionaba. Por ahora. Pero mi estomago retorció con la cerveza. Una parte de mi estaba feliz y la otra se sentía como un globo al que habían dejado ir y estaba volando hacía el cielo, inesperadamente.
Hice una cara hacía ese pensamiento mientras miraba las dos cervezas que estaba sosteniendo. Dios, necesitaba beber más. O menos. Probablemente menos.
Linds recostó su mejilla sobre mi hombro y yo me incliné hacia ella. Su  botella fría terminó descansando en mi pierna. - Pero tu apestas. Tú no vas a la Universidad de Virginia Occidental (WVU). ¿Qué voy a hacer sin ti?
-¿Ser más habladora de lo que ya eres? - me reí mientras ella se apartaba de mi boquiabierta, fingiendo estar en shock. - Estarás bien. Y nos visitaremos cada ciertos fines de semana, ¿recuerdas? Y tenemos vacaciones en las que ambas estaremos en casa.
-Lo se. ¿Y sabes que más sé? Encontrarás un chico nuevo y ni siquiera recordarás el nombre de Gavin. Estarás como ¿Gavin quien? ¿Quién es ese lamentable pedazo de popó en un plato de popó?
-¿Plato de popó? - dije con una risita - ¿Estás borracha?
-Nop - golpeó mi hombro con el suyo. -Tu sabes, estoy un poco sorprendida de que no esté aquí.
- Aún sigue en la playa con sus padres. No regresará hasta mañana.
-¿Aún sigues hablando con él?-preguntó mientras torcía la comisura de sus labios.
Contrario a lo que Linds cree, cuando Gavin y yo terminamos a finales de Mayo, fue un acuerdo mutuo...en mayor parte. Él quería llevar nuestra relación más allá de que yo quería ir con él. No había sido un idiota al respecto. Francamente, se veía algo aliviado de que a mi no me gustara tanto como me decía a mi misma que me gustaba. Nos habíamos conocido desde la escuela primera y habíamos sido mejores amigos desde siempre. Habíamos salido por casi dos años, y había sido divertido...y fácil. Pero llegó el punto en el que hacer cualquier cosa sucia y divertida se empezaba a sentir como si lo hiciera con mi hermano y eso era realmente asqueroso.
Y ni siquiera tenía un hermano.
- Gavin y yo aún somos amigos, Linds. Tu sabes eso. -Tomé un sorbo de mi vieja botella y estuve cerca de vomitar cuando la cerveza caliente se derramó por mi garganta. - Y realmente no quiero salir con nadie. ¿Cuál es el punto? Me estoy yendo a UM.
Linds levantó su vista  las estrellas, arrugando la cara. -¿Sabes quién más escuché que iría a la UM?
Levanté mis cejas y esperé. Todo el mundo junto con sus hermanas, hermanos y María, la madre de Dios, iría a la WVU o a Shepherd. Cuando ella no respondió, le di un codazo con una mirada. - ¿Quién?
-Jensen Carver. Aparentemente irá a UM. Podrías totalmente lanzartele.
Mirándola, parpadeé un par de veces. - ¿Jensen? No creo que le haya dirigido una oración completa, como en, casi cuatro años, Linds. Así que no veo como él yendo a la misma universidad que yo es realmente relevante.
- No hay mejor momento que ahora para convertir esa oración en dos y transformarlas en algún bow-chick-a-yum-yum. - Se rió mientras la miraba boquiabierta. - ¿Qué?
- ¿Qué? ¡Él es un idiota! 
- Shh.- dijo, riendo mientras echaba un vistazo sobre su hombro. -Hablar mal de chicos sexys (y Jensen era sexy con una Y extra y un poco de salsas de delicias de Linds) era aparentemente la única cosa sobre la que no estaba dispuesta a hablar en voz alta. Estábamos suficientemente lejos de la piscina de cualquier modo. - Aún sigo sin entender tu problema con él
Ladeé mi cabeza y le dí una mirada de muerte. - Uh, sí, si lo entiendes.
-Eso fue, como, hace un montón de tiempo, Ella. - rodó los ojos. - De todos modos, no creo que sea tan idiota.
-Él realmente no le habla a nadie por fuera de su grupo interno de chicos o a quién sea con quien esté saliendo éste mes. Ni siquiera se como es tan popular. - Eso era mentira. Lo sabía. Aunque Jensen no veía de una familia súper risa como la de Brock y pasó su primer año en otro estado, él era atractivo y era un atleta (primer mariscal de campo). Agrégale "idiota" y las tres reglas de la popularidad.
Atractivo. Atleta. Idiota.
Políticas de preparatoria en su máxima expresión.
Tomé un enorme trago de mi cerveza más nueva.
-¿Tal vez simplemente es tranquilo? - protestó.
La verdad era que Jensen siempre había sido un poco del tipo tranquilo. Había, era la palabra clave. No tenía idea de como era Jensen ahora. - ¿Por qué estamos hablando de esto otra vez? - dije, sacudiendo la cabeza y metiendo unos mechones de cabello detrás de mi oreja.
-Lo que sea, entonces las dos estaremos solteras en nuestro último año. Probablemente sea mejor así.- sonriendo de una manera en la que yo sabía que sus ojos negros brillaban, levantó su botella entre nosotras. - ¡Por nuestro último año! ¡Salud, nena!
Insegura de cual cerveza tomar, ahora que era yo la que tomaba de las dos, levanté la que estaba medio vacía y la choqué contra la de ella. - Este será un gran año.
-Sí, lo será. Y será aún más genial si dejáramos de sentarnos aquí solas como completas locas.
-Está bien -me reí -Déjame, uh...- no queriendo dejar una botella en el campo, me encogí de hombros. -Olvídalo.
Poniéndome de pie, sacudí mis caderas hasta que mi vestido se acomodó solo. 
- ¿Tengo sucio el trasero? ¿O lleno de insectos? ¿Hay algún insecto en mi? No dejarías...
Linds bufó. - No hay ningún insecto en ti, loca. Aquí... - Golpeó mi trasero con suficiente fuerza para moverme un par de centímetros. -Si tenías alguno, ya no más.
- Gracias.- me volteé, mirándola. - Me siento como si me hubieran violado, por cierto.
-Cállate. -enganchando su brazo con el mío, sonrío. - Te gustó. A todos les gustan las caricias en el trasero de Lindsey.
- Es lo que he oído.
- Perra -dijo, aspirando un agudo jadeo.
- Ho.
Una risa cruzo el aire de la noche mientas apretaba su brazo al mío. - Te amo.
- Te amo más. -repliqué, sonriendo mientras subíamos por la pequeña colina y la fiesta aparecía a la vista, nuevamente. Aparentemente me había estado escondiendo por mucho más tiempo del que pensé. -Wow.
Una luz brillante se extendía sobre el gran patio y la piscina llena de gente. Pequeños puntos revoloteaban a lo largo de la luz, casi como purpurina... si la purpurina no estuviera en forma de insecto que probablemente morderían toda la mierda dentro de ti.
En serio necesitaba dejar de pensar en insectos.
El estruendo de la música se interrumpía con los gritos y las risas. El agua salpicaba el aire, mojando a un grupo de chicas en tacones que se encontraban cerca mientras un chico que según yo era parte del equipo de fútbol caía como una bomba dentro de la piscina, causando un salpicadero lo suficientemente grande para empapar a la mitad de nuestra clase.
Mis ojos escanearon la multitud en busca de caras amigables y terminaron posándose en un exceso de piel masculina. El grupo de chicos sin camisa que estaban parados cerca de la parrilla en el césped, ahora fría, era los que tenían la etiqueta de los chicos más buenos en la preparatoria MHS. Todos ellos practicaban algún deporte: fútbol, baloncesto, béisbol, y así. Todos ellos se tomaban los deportes muy en serio.
Gracias a Dios y al bebé Jesús de Linds por eso.
Su dedicación a los diferentes pasatiempos americanos se veía en sus bíceps y trazaba esos estómagos en pequeños panecillos ajustados que hacían que una chica pensara en hacer cosas estúpidas. Muchas cosas estúpidas.
Quien quiera que haya dicho que solo los hombres era criaturas visuales no estaba mirando en el lugar correcto, porque había de todo tipo de delicias para los ojos justo enfrente de nosotras.
Brock era el que estaba más cerca a la parrilla, vistiendo un traje de baño oscuro. Su extremadamente corto cabello negro lo delató, así como la forma en que echó su cabeza hacia atrás soltando una sonora risa, y mi boca respondió a aquello. Siempre era divertido esta con él...cuando él así lo quería.
Puede que en primer grado hubiera tenido un ligero enamoramiento de segundo nivel con él, pero él había estado saliendo con Monica Graham (Una de la chicas en tacones y ahora mojadas que estaban cerca de la piscina), terminando y volviendo con ella una y otra vez. Nunca había estado libre como para que realmente me interesara en serio, pero según su estatus de relación en Facebook actualizado hacía dos semanas, estaba soltero. Y cuando Brock estaba soltero, le gustaba jugar. Todos en la escuela lo sabían.
Junto a él estaba Mason Broome, un jugador de fútbol, alias drogadicto. Su rubia cabellera esta suelta y le llegaba hasta los hombros. Justo ahora, movía sus caderas...hacia el aire. Interesante. Linds se había enredado con Mason durante el verano. No había llegado a nada, pero creo que ella aún seguía interesada a juzgar por cómo miraba aquellos movimientos de cadera.

Frente a ellos, mirando a la piscina se encontraba como si deseara estar en cualquier lugar menos en donde se encontraba en que aquellos momentos, estaba nada más y nada menos que el mismísimo Jensen Carven.
Definitivamente era lo suficientemente mujer como para admitir que lo suyo era del nivel sexy de "hacer que se te cayera las pantys". Dejando de lado su mala actitud y nuestro negativo pasado...él era el chico más atractivo que había visto en la vida real.
Jensen tenía el cabello marrón claro que casi pasaba por rubio oscuro cuando estaba bajo el sol. Era rizado y tenía la mala costumbre de taparle la frente. Cuando era pequeño, lo había tenido lo suficientemente largo para cubrirle los ojos. Tenía pómulos altos y anchos, mandíbula de corte fuerte y labios que era...bueno, el tipo de labios carnosos en los hombres que medio convertían tus rodillas en gelatina cuando la idea de besarlos se asomaba en tu cabeza. El ligero gancho en su nariz, un accidente en un partido de hace años, cuando aún jugaba en otro estado, de alguna manera le beneficiaba. Sus ojos era del un azul muy claro, a veces gris. No es que le prestara tanta atención a sus ojo. ¿Y su cuerpo?
El chico lo había trabajado. Muy duro.
De todos los que se encontraban allí parado, él era probablemente el mejor formado y el más alto. Brock y el resto de ellos eran del estilo ancho, él les sacaba una buena cabeza a todos y tenía el tipo de abdominales que quería pinchar con mi dedo para comprobar que era reales.
-Me pregunto si esa tipa sabe que puedo ver perfectamente su brasier rosa a través de su blusa - comentó Linds - Lindo.
Ahora, no tenía idea de a quién se refería, pero agradecía la distracción. No necesitaba  quedarme viendo a Jensen. Linds gritó algo y los chicos se voltearon. Uno de ellos alzó un celular.
-¡Hey! - alcé ambas botellas y saqué la cadera, posando para la cámara junto con Linds. El flash se activó como una explosión solar. - ¿Qué tan estúpida me vi?
Brock ladeó su cabeza, evaluándome. Esa mirada...bueno, hizo que mis mejillas se encendieran.
-Te ves caliente. Como siempre.

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